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Egon Schiele y Wally Neuzil. |
Egon Schiele conoció a Wally Neuzil en 1911, cuando él tenía veintiún años y ella diecisiete. A pesar de ser tan joven, Wally ya había estado trabajando como modelo para Gustav Klimt, con todo lo que ello significaba (pensad mal y acertaréis). Al poco tiempo, la pareja decidió irse a vivir al campo para alejarse del ambiente claustrofóbico de Viena, sin tener en cuenta que en los pueblos uno pasa menos desapercibido que en las ciudades.
La primera parada la hacen en Krumau, el pueblo donde había nacido la madre de Schiele, a orillas del río Moldava. El tipo de vida que llevaban resultaba chocante para los sencillos lugareños, que acabaron corriéndoles a gorrazos de allí. (El hecho de que Schiele contratase a adolescentes del pueblo para pintar desnudos semi pornográficos no ayudaba mucho a la hora de hacer amigos en Krumau.)
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Egon Schiele, Casas junto al río. La ciudad vieja. Krumau (1914), Museo Thyssen Bornemisza, Madrid |
Todos estos hechos apenas influyeron en la exitosa carrera artística Egon Schiele. La sociedad vienesa seguía comprando sus obras y encargándole retratos sin parar. En 1912, realizó un precioso díptico con el retrato de los dos sobre fondo blanco. A diferencia de otras obras suyas, esta es una pintura bastante amable, con un ligero toque de melancolía.
Egon Schiele, Autorretrato con Physalis (1912), Osterreichische Galerie - Belvedere, Viena |
Egon Schiele, Retrato de Wally Neuzil (1912), Osterreichische Galerie - Belvedere, Viena |
La vía de escape para superar el mal trago de la separación fue la pintura, como era habitual en él. Su impresionante óleo La muerte y la doncella es el adiós artístico a su amante Wally Neuzil, un último abrazo desesperado. El estilo de Schiele es inconfundible: trazos quebrados y angulosos, manos largas y huesudas, deformaciones expresivas... A diferencia de su maestro Gustav Klimt, mago del erotismo encubierto, adornado de arabescos y hermosos colores, Schiele nos muestra una realidad descarnada, sobre fondos vacíos que aíslan a las figuras. No le interesa que nos distraigamos con lo superficial, él sólo quiere enfrentarnos cara a cara con los instintos, temores y flaquezas del ser humano. Expresionismo en estado puro.
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Egon Schiele, La muerte y la doncella (1915), Osterreichische Galerie - Belvedere, Viena |
Al final, el cuadro resultó ser profético. Wally se hizo enfermera y se apuntó a la Cruz Roja para ayudar en la Primera Guerra Mundial, muriendo en 1917 de escarlatina en un hospital militar de Dalmacia, con tan solo veintitrés años. Un año más tarde Schiele y su esposa Edith sucumbieron, con pocos días de diferencia, a la epidemia de fiebre española que estaba asolando Europa.
Continuación:
La muerte y la doncella (3): Franz Schubert
esta es la que mas me gusto de las 3 marga
ResponderEliminarGracias Max :-) Si te ha gustado este, seguro que también te interesará el post que acabo de publicar hoy, también sobre Egon Schiele... Y es que mira que pintaba bien el tío...
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