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Thomas Nast, Merry Old Santa Claus (ilustración para Harper's Weekly, 1881) |
El caso es que en Myra vivía un padre con tres hijas casaderas. Como no tenía dinero para proporcionarles una dote, estaba sopesando la lucrativa posibilidad de prostituirlas para sacar a la familia de la ruina (¡eso es un padre!). El bueno de Nicolás decidió librar de tan agrio destino a estas pobres chicas. Lo curioso es que en vez de darles el dinero sin más, que hubiese sido lo más sencillo, lo que hacía era salir furtivamente por las noches hasta su casa y lanzarles monedas de oro por la ventana mientras dormían. Una versión más elaborada de la leyenda dice que tenía tan buena puntería que lograba encestar el oro en las medias recién lavadas que las chicas colgaban junto a la chimenea para que se secasen. De ahí viene la costumbre de colgar calcetines en las chimeneas en navidad.
Aquí podéis verle en acción, en la predela de un retablo pintado por Fra Angelico con escenas sobre su vida. A la izquierda, tenemos el nacimiento de Nicolasito, que fue tan precoz que se puso de pie a rezar nada más salir de la barriga de su madre, para pasmo de la partera. En el centro del cuadro, Nicolás, convertido en obispo, sermonea a las masas. Y a la derecha, sin mitra para pasar desapercibido, se pone de puntillas para lanzar el oro por la ventana de las chicas (con lo fácil que habría sido tirarlo por la puerta, aprovechando que el padre se la ha dejado abierta).
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Fra Angelico, La historia de San Nicolás (1447-1448), Pinacoteca Vaticana |
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Fra Angelico, detalle de La historia de San Nicolás |
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Bicci di Lorenzo, Escena de la leyenda de San Nicolás (1400-1410), Museo de arte de Indianapolis |
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Palmerino di Guido, San Nicolás tirando lingotes de oro a tres pobres (1300-1301), fresco de la capilla de San Nicolás, iglesia de San Francisco de Asís |
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Ambrogio Lorenzetti, Escenas de la vida de San Nicolás (h.1332), Galleria degli Uffizi, Florencia |
Gracias al pintor holandés Jan Steen podemos saber cómo celebraba esta festividad una familia holandesa del siglo XVII. La escena es un tanto caótica, pero es lo que toca en una casa con padre, madre, abuela y ¡siete hijos! La que mejor se ha debido portar es la niña rubia del centro, que lleva entre los brazos un muñeco de san Juan Bautista, que protegía de las enfermedades infantiles, y un cubo lleno de juguetes. El niño de la izquierda no ha tenido tanta suerte y llora desconsolado, mientras sus hermanos se burlan de lo que le ha dejado san Nicolás dentro del zapato: unas ramitas de abedul, símbolo de una buena zurra. Pero la abuela le mira con cara cómplice y corre la cortina del fondo. Seguro que ha escondido el regalo para darle un pequeño susto.
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Jan Steen, La fiesta de San Nicolás (1665-1668), Rijksmuseum, Amsterdam |
La escena del fondo es entrañable. El hermano mayor, con un bebé en brazos, señala hacia la chimenea explicándole a uno de los pequeños por dónde ha bajado Pedrito el negro para traerles los regalos. La cara de asombro del chaval, con la bocaza abierta, es genial. El bebé sujeta entre sus manos una galleta con la forma del santo, un dulce que prohibieron los protestantes poco tiempo después, ya que lo asociaban a la adoración de los santos por parte de los católicos (cómo si fuese lo mismo rezar delante de un santo que comérselo, en fin.)
El nombre holandés de la fiesta es Sinterklaas, que en Estados Unidos durante el siglo XIX acabó derivando en Santa Claus. Al final, gracias al cambio de imagen de Thomas Nast (veáse la imagen del principio del post) y al marketing de Coca-Cola, la falsificación acabó siendo más famosa que el original. Menos mal que los holandeses siguen fieles al bueno de san Nicolás, que era mucho más generoso con sus lingotes de oro.
Sensacional! lo de las medias de las chicas me ha parecido muy erótico, y el santo pagando..lástima que la herencia sean las latas de don Cocacolás porque esos panes y dulces tienen un aspecto y un sabor envidiables.
ResponderEliminarEn casa de la bisabuela alemana de Joan celebraban la llegada de San Nicolás el 6 de Dic y traían una saca llena de mandarinas ;) , nueces y sorpresitas del tamaño kinderhuevo. Lástima que se perdió la tradición.
feliz Navidad y feliz conferencia, Marga.
Me ha gustado tanto que he puesto un enlace permanente en mi blog (lateral dercho, con la imagen de Santa).
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